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De la mano dura a la mano tendida del PSC en la oposición

Los socialistas han modificado su estrategia durante el mandato de Trias

El grupo municipal del PSC empezó el mandato anunciando mano dura en la oposición y 13 meses después ha acabado tendiendo la mano a Xavier Trias para negociar el Plan de Actuación Municipal (PAM). Entre medio ha habido un congreso que barrió al aparato con el que tantos desencuentros tuvo la federación de Barcelona; la reelección de Carles Martí como líder del PSC local y, sobre todo, la renuncia de Jordi Hereu y su sustitución por Jordi Martí.

Esos meses de convulsión ayudan a explicar que el PSC siga estancado en las encuestas, que al líder de la oposición municipal apenas lo conozca la ciudadanía (el 27,8% según el último sondeo de El Periódico) y que Trias esté instalado en la alcaldía con la manida fórmula de la geometría variable.

“CiU está sacando petróleo de sus 14 concejales”, admite un dirigente del PSC de Barcelona. Son los mismos que tuvo Hereu en su último mandato, aunque contaba con la fidelidad del pacto con los cuatro de ICV y la variabilidad de otros tantos de ERC. Los socialistas recriminan al alcalde el “surfeo” en el que se mueve sobre los temas básicos, pero explican para justificar su estrategia que, ante la dura crisis que se vive, deben evitar que Trias construya un discurso victimista por el abandono en el que le deja la oposición.

Desde la calle de Nicaragua se aplaude la opción pactista del grupo municipal. “La abstención en el PAM era impensable con Hereu, ahora todo tiene más lógica. Eso es más sensato que la mano dura”, confiesa un destacado dirigente del PSC, quien también precisa: “Hereu no era la persona ideal para negociar con Trias porque perdió las elecciones”.

Falta por ver qué da de sí Jordi Martí como líder de la oposición, pues lleva poco más de cuatro meses en ese papel. La dirección del PSC cree que es una buena elección, pero en la federación de Barcelona se recuerda siempre que Jordi Martí, aun siendo el mejor situado para ser el candidato en 2015, tendrá que ganárselo, porque en las elecciones primarias tendrá varios rivales. La prueba de fuego para el grupo municipal será en octubre, con el debate de los presupuestos. Entonces el PSC deberá optar entre mantener el pactismo o empezar a marcar perfil propio y hacerse creíble como alternativa.

 

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