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El tranvía de Vélez-Málaga cierra tras cinco años de servicio

La infraestructura, inaugurada en 2006, costó 40 millones de euros

El tranvía de Vélez-Málaga en su inauguración.
El tranvía de Vélez-Málaga en su inauguración.ALEX ZEA

El primer tranvía moderno de la historia de Andalucía, el que une el sur de Vélez-Málaga y con el norte del núcleo costero de Torre del Mar, dio en la noche del domingo su último viaje, después de algo más de un lustro de funcionamiento altamente deficitario y marcado por los incidentes. El cierre del tren ligero, que apenas usaban 1.800 viajeros al día —la mitad de los necesarios para ser rentable—, certifica el fracaso de un modelo de gestión de infraestructuras basado más en la imagen que en la eficiencia del servicio.

El tranvía veleño se inauguró en octubre de 2006, cuando las primeras nubes de la crisis asomaban por el horizonte. La construcción de los 4,5 kilómetros de vía y catenaria de la primera fase de la obra y el llamado material rodante costaron 40 millones de euros procedentes de fondos europeos. La novedad hizo que en su primer año de funcionamiento un total de 922.135 personas utilizaran el tranvía. Sin embargo, esta cifra, todavía alejada del punto de rentabilidad, se fue reduciendo con el paso de los años: 782.126 usuarios en 2008; 701.599 en 2009 y 701.064 en 2010. Finalmente, el año pasado el número de usuarios se desplomó hasta los 676.000 anuales.

La cifra de equilibrio se situaba en 1,14 millones de viajeros, una cifra muy difícil de alcanzar en una ciudad de 77.000 habitantes. La diferencia entre los 1,30 euros que abonaban los viajeros y los 1,82 euros de la llamada tarifa técnica (lo que le cuesta a la empresa cada usuario) corría por cuenta del Ayuntamiento. En 2011, el tranvía veleño arrastraba una deuda de dos millones de euros y generaba un déficit anual de 800.000. El Ayuntamiento de Vélez-Málaga, gobernado por el popular Francisco Delgado Bonilla, intentó que la Junta de Andalucía sufragara parte de este déficit de explotación. Con la crisis minando las arcas de todas las administraciones, el acuerdo nunca fue posible.

La puesta en marcha del tranvía estuvo marcada por los incidentes. En los primeros tres años de funcionamiento se registraron una treintena de accidentes, la mayoría leves y por culpa de coches particulares que no respetaban la señalización del tren ligero. En agosto de 2009, se descolgaron 200 metros de cable de catenaria. La dificultad del consistorio para abonar la deuda del tranvía hizo que la empresa concesionaria –Travelsa, filial de la constructora Sando y del gigante del transporte por carretera Alsa- amenazaran en varias ocasiones con suspender el servicio. Además, hace un año, llegó a presentar un ERE temporal para los 23 empleados de la empresa.

El domingo por la tarde, el tranvía registró una ocupación algo mayor de lo habitual. Familias enteras con cámaras de fotos se acercaron a alguna de las nueve paradas del recorrido para despedirse de un medio de transporte que pese a su fracaso comercial se había convertido en parte de la imagen de la ciudad.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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