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El teatro de la Diputación de Ourense, asfixiado por el gasto en personal

El Principal gasta en nóminas la mitad de su presupuesto de un millón de euros Baltar Blanco mantiene la política de contrataciones de su padre

Panorámica del Principal en la retransmisión, en marzo, de un programa de Intereconomía.
Panorámica del Principal en la retransmisión, en marzo, de un programa de Intereconomía.NACHO GÓMEZ

El baltarismo no cesa. Las contrataciones masivas — exponente, durante décadas, de la política de personal del exbarón del PP de Galicia, José Luis Baltar— sobreviven a la crisis y al ideario de la austeridad del que presume Feijóo. Mientras los recortes se ceban en todos los ámbitos e instituciones, los empleados que el primero de los Baltar dejó colocados en la Diputación le rinden tributo con diversos homenajes en los que éste reivindica estilo, caciquismo y formas. Su sucesor no toca el trombón, pero mantiene a los empleados.

El teatro Principal que gerenta Olga Mojón desde 1996 —época en la que estaba casada con el ahora flamante presidente de la Diputación— cuesta más de un millón de euros anuales a las arcas provinciales pese a que ingresa apenas 70.000 por la venta de los billetes para las actuaciones que programa. Prácticamente la mitad del presupuesto del que dispone este organismo se evapora en el pago de nóminas a los empleados. Los trabajadores se llevan 408.000 euros.

En la época del pregón de la austeridad que difunde por toda Galicia el presidente de la Xunta,José Manuel Baltar Blanco mantiene intacta la política de contrataciones masivas —en su mayoría de afines al PP— de su progenitor y antecesor en todos sus cargos políticos.

Ingresa 70.000 euros por la venta de billetes y gasta 408.000 en personal

Según el informe de gestión correspondiente a 2011, el teatro Principal congregó a lo largo de esos 12 meses a 47.042 espectadores que asistieron a 160 representaciones (62 de ellas del propio teatro). La institución ingresó 70.066 euros por la venta de entradas y, frente a ello, pagó 392.448 por los cachés de las representaciones, gasto éste al que añadió 1.225 euros más “por alquiler”.

Pero el gasto de personal, que consume prácticamente la mitad del presupuesto, eclipsa cualquier otro desembolso de este organismo.

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Baltar solo tuvo un gesto de austeridad: denegar a su exnuera una subida salarial

Entre las actividades celebradas en 2011 en el emblemático teatro ourensano se incluyó un programa de la cadena de televisión Intereconomía —a la que la Diputación cedió gratuitamente las dependencias— celebrado en vísperas de las elecciones municipales y al que asistieron como invitados, además del propio Baltar, el presidente de la Xunta, Núñez Feijóo, y el exbanquero Mario Conde. Llenaron el aforo, pero no las arcas.

En el mencionado informe de gestión de 2011, Mojón agradece la “gran implicación de la Diputación” y de las entidades colaboradoras (Consellería de Cultura y Ayuntamiento de Ourense). Pero el crash económico es manifiesto.

En 2008, cuando se empezaba a fraguar la crisis, José Luis Baltar llevó al límite su política de contrataciones temporales: metió a 22 porteros en el edificio cultural, Simeón, —que ya tenía otros 12 en plantilla— y a 16 limpiadores en el teatro Principal que gestionaba su exnuera. Los socialistas se apresuraron a denunciar entonces el clientelismo político. “No sé si los ourensanos saben si las representaciones son buenas, pero el teatro debe de estar como los chorros del oro”, denunció el entonces portavoz del PSOE en la Diputación, Alfredo García, alertando sobre el escaso número de venta de entradas frente al dispendio contratador.

Cuatro años después, con la crisis haciendo mella y el PP aferrado a la bandera de los recortes, el sucesor del primer Baltar mira para otro lado y mantiene los contratos a los temporales colocados por su padre en el organismo que dirige su exmujer.

Entre enero y marzo de este año, la Diputación renovó los empleos a 14 personas en el deficitario teatro. Entre ellos se incluyen dos ayudantes de acomodadores, dos operarios limpiadores, dos ordenanzas, dos auxiliares de actividades culturales, un portero, un peón de mantenimiento y un recepcionista.

Los sueldos —en sintonía con los del resto de empleados de la Diputación— superan el salario base en una provincia carente de tejido empresarial y superan también la media salarial de los trabajadores ourensanos. Los ayudantes de acomodadores eventuales perciben más de 5.200 euros por tres meses de empleo, cantidad similar a la del portero y a la del peón de mantenimiento. Puestos, todos ellos, en los escalafones más bajos de la administración. Mejor pagados están los trabajos de ordenanzas y el del recepcionista. Todos éstos superan en más de 1.000 euros a los anteriores.

Baltar Blanco mantiene los suelos y los contratos que heredó de su padre. En sus dos décadas largas al frente de la Diputación, el exbarón solo tuvo un gesto de austeridad. Cuando en enero pasado tenía ya un pie en la jubilación, denegó la subida salarial que le reclamaba su exnuera que cobra 50.991,46 euros brutos al año.

Mojón reclamó el aumento de sueldo apelando a la “dificultad técnica, dedicación y responsabilidad” de su cargo como gerente del deficitario teatro. Su exsuegro no se inmutó. Baltar consideró que el baremo que se aplicaba al puesto de trabajo era el adecuado: un grado 3 y no el 5 que pedía su exnuera y que es el que tienen el secretario y el interventor de la institución provincial.

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