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De la bronca a la calma

El Gobierno rebaja la tensión sobre el Guggenheim pero no logra el acercamiento de la Diputación de Bizkaia

Reunión del patronato del Museo Guggenheim Bilbao. De izquierda a derecha, Josune Ariztondo (diputada cultural de Bizkaia), Blanca Urgell consejera de cultura), Richard Amstrong (director general del museo Guggenheim de Nueva York) y Juan Ignacio Vidarte (director del Guggenheim Bilbao).
Reunión del patronato del Museo Guggenheim Bilbao. De izquierda a derecha, Josune Ariztondo (diputada cultural de Bizkaia), Blanca Urgell consejera de cultura), Richard Amstrong (director general del museo Guggenheim de Nueva York) y Juan Ignacio Vidarte (director del Guggenheim Bilbao).LUIS ALBERTO GARCIA

El Parlamento decidió crear una ponencia para analizar la trayectoria del Guggenheim en un clima de agrio enfrentamiento entre el Gobierno vasco, por un lado, y el PNV, la Diputación de Bizkaia y la dirección de museo por otro. El diálogo se veía imposible. La crispación llegaba a los órganos de dirección de museo y dejaba atónitos a los patronos privados ante la falta de consenso entre las instituciones. El Departamento de Cultura decía que el director general del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, no contaba con su confianza y acudió a la comisión parlamentaria con un informe que planteaba la posibilidad de llevarle ante los tribunales por las pérdidas en las operaciones de cambio de dividas. La Diputación insistía en ignorar la oposición del Gobierno para llevara adelante el proyecto del Guggenheim Urdaibai. Las aportaciones para comprar de obra de arte desencadenaban polémicas que duraban semanas. De aquel primer año de la legislatura, quedan las mismas discrepancias de fondo pero ha desaparecido el ruido.

La bronca continua desgastó a los contendientes pero no ha logrado mover las posiciones iniciales en torno al futuro del Museo Guggenheim. La retirada del proyecto de un nuevo museo en Urdaibai por parte de la Diputación tranquilizó el ambiente meses antes del inicio del trabajo de la ponencia, una iniciativa socialista aprobada por todos los grupos parlamentarios excepto el PNV. Con la serenidad que reclamaban los distintos portavoces, han trabajado a lo largo de un año. Ahora, al término de las comparecencias, ha quedado claro que las posiciones del Gobierno y la Diputación, socios a partes iguales en el Guggenheim, siguen enfrentadas y que será muy difícil encontrar un punto de encuentro.

Las instituciones no han variado sus discrepancias de fondo

El presidente de la ponencia, el parlamentario socialista Benjamín Atutxa, se muestra satisfecho con la información que han recibido en el desfile de comparecientes. En 12 sesiones han recibido la visita de 28 personas, entre políticos, artistas, directores de museos, críticos, profesores de Universidad y periodistas. Los vinculados al PNV han dudado de la utilidad de la ponencia y han defendido al extremo el mantenimiento del modelo de relación entre las instituciones vascas y la Fundación Solomon R. Guggenheim tal y como se gestó hace 20 años; la consejera de Cultura ha insistido en la necesidad de que el museo de Bilbao gane en autonomía respecto a Nueva York y aumente la producción de proyectos propios con los que se acentúe su protagonismo en la red Guggenheim.

El cambio radica en que el Gobierno evita las opiniones negativas sobre el Guggenheim. La consejera de Cultura, Blanca Urgell, considera “normalizada” la relación con Vidarte, muestra de forma explícita su confianza en la gestión de sus profesionales y dedica piropos al museo, “la estrella de la constelación Guggenheim”. Por el otro lado, no se han detectado interés en acercar posturas. Ante la ponencia, el director general del museo solo señaló que defienden “la mejora continua”.

28 personas han comparecido en la ponencia sobre el museo
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Atutxa cree que la valoración general de la ponencia es muy positiva. “Las aportaciones han sido muy interesantes y complementarias, sobre todo en aspectos relacionados con la internacionalización del arte vasco, la compra de obras para la colección y la participación en la toma de decisiones”, destaca.

Los ponentes de los distintos grupos comparten la visión general del presidente. La única voz discrepante ha sido a lo largo de todas las comparecencias, la de la portavoz del PNV, Leire Corrales, que no ha dejado de dejar constancia de su oposición a la existencia misma de la ponencia por entender que no corresponde al Parlamento analizar la trayectoria del Guggenheim ni es el momento de hacerlo porque aún faltan más de dos años para que acabe la vigencia del actual convenio. En la sesión de esta semana, Corrales también suavizó la posición y llego a admitir que las reflexiones de la ponencia servirán para negociar el nuevo convenio en mejores condiciones.

El informe del Parlamento será aprobado en el mes de junio

Cerrada la fase de comparecencias, la ponencia sobre la trayectoria del Guggenheim entra en la fase de elaboración del informe. Con la información recopilada a lo largo del último año, cada grupo parlamentario presentará antes del 30 de abril sus conclusiones. Se abrirá entonces un plazo de tres semanas para que la presidencia presente su proyecto en ponencia y en los siguientes 15 días, los representantes de los partidos podrán elaborar sus enmiendas al texto. Atutxa prevé que el 4 de junio el documento que deberá asesorar al Gobierno en la renegociación del convenio con la Solomon R. Guggenheim sea aprobado en el seno de la ponencia.

El documento se enviará a la Diputación de Bizkaia. La diputada de Cultura, Josune Ariztondo, censuró en su paso por la ponencia que el Parlamento no hubiera tenido en cuenta a Bizkaia, el socio del Gobierno en el Guggenheim. Atutxa hace ahora autocrítica sobre la forma en la que se ha desarrollado el proceso. “Quizá ha faltado tacto para hacer partícipe a la Diputación en el proceso que abrimos en el Parlamento para analizar la trayectoria del Guggenheim y cómo se podía mejorar la posición de las instituciones vascas en la renegociación del convenio. Queda fuera de nuestras competencias y no es fácil encontrar una fórmula de colaboración”, reconoce. “Pero ningún ponente ha tenido interés en arrinconar a la Diputación de Bizkaia”.

Cultura quiere un nuevo convenio que permita mayor autonomía

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