Inspiración artística en círculos

El mayor quebradero de cabeza de un artista es ir más allá de sus referencias. Las de sus predecesores, la pesada carga de la historia del arte, y la de sus coetáneos, la competencia de su propia generación. El artista cubano Carlos Garaicoa reflexiona sobre ello en la exposición Círculos, que hasta el 28 de enero, se puede visitar en la galería Elba Benítez. En esta ocasión, Garaicoa, uno de los referentes de la creación conceptual cubana contemporánea, ha actuado como comisario invitado, y no como artista. Este protagonismo se lo ha cedido a cinco creadores cubanos: Yoan Capote, Yaima Carrazana, Reynier Leyva Novo, Ezequiel Suárez y J. A. Toirac. Sus obras, explica el crítico de arte George Stolz, representan distintos movimientos y generaciones pero, “consideradas en conjunto, esbozan una visión general del arte cubano de las últimas décadas”.

 Además de este primer nivel de influencia, o círculo, que inspira el título del proyecto, Garaicoa pidió a cada uno de los nombres mencionados que eligiese otro artista que hubiera resultado importante en términos de influencia, educación, afinidad o atracción. Así se definió un segundo nivel —o círculo— integrado por artistas como Louise Bourgeois, Daniel Buren, Hans Haacke, Martin Kippenberger, Teresa Margolles o Krzystof Wodicko.

La invitación cursada por el comisario a los cinco artistas cubanos fue acompañada por las siguientes preguntas: “¿Qué artista ha tenido más importancia en tu formación? ¿Con qué artista te has sentido más identificado o cuál ha definido tu metodología de trabajo en algún momento? ¿Qué artista, aunque sea de una manera indirecta, es referente esencial para entender lo que haces hoy? ¿A qué artista invitarías a compartir contigo una exposición?”. Con esas respuestas, el comisario cerró la lista de las obras expuestas.

La realidad de los artistas cubanos establece en Círculos un diálogo con la de los artistas de referencia elegidos. La obra que recibe al visitante en la galería, de Reynier Leyva Novo, un libro de 1.000 páginas con la palabra Revolución a cinco columnas en cada una, anticipa una muestra de obras conceptuales de sonora carga política. La referencia de Leyva Novo es la artista mexicana Teresa Margolles, conocida por la extrema dureza acusadora de sus proyectos, como la intervención que realizó en el pabellón de Estados Unidos y que se mostró en la Bienal de Venecia de 2009: cubrió la puerta y las ventanas de la fachada con una tela impregnada de sangre derramada en una muerte violenta sucedida en las calles de varias ciudades mexicanas. Las alusiones políticas también son evidentes en Dogma y doctrina, una escultura de Yoan Capote, que eligió a Louise Bourgeois como referencia.

Yaima Carrazana canaliza su crítica, sin embargo, hacia el carácter elitista del arte, tomando obras de grandes creadores del siglo XX —Frank Stella, Jasper Johns o Daniel Buren, entre otros— y convirtiéndolas en diseños para manicuras de fantasía. Ezequiel Suárez decidió para esta exposición realizar una instalación en la estela de Martin Kippenberger y su afán por mezclar medios artísticos. Toirac, que eligió a Hans Haacke como creador que más le ha influido, presenta en la exposición un vídeo en el que una serie de cifras, extraidas fuera de su contexto original en diversos discursos de Fidel Castro, invitan a la reflexión sobre la relatividad de los significados.

Círculos. Exposición de varios artistas comisariada por Carlos Garaicoa. Galería Elba Benítez. San Lorenzo, 11.