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Entrevista:ALMUERZO CON... PEDRO DUQUE

"Costó menos ir a la Luna que la guerra de Irak"

En el restaurante, lleno de gente, Pedro Duque habla tan bajo que casi no se le entiende. "¡No querrás que explique a voz en grito por qué estoy en excedencia como astronauta!", dice. Él atrae todas las miradas y se lo toma con naturalidad, "pero no he llegado hasta el punto de gustarme que me miren, es difícil acostumbrarse a la fama, sobre todo si no la has buscado, como yo, pero también es cierto que te abre puertas". Ha elegido un restaurante de Tres Cantos, municipio de Madrid donde está la sede de la empresa Deimos, de cuya filial Imaging es ahora director.

El astronauta español en excedencia echa de menos el espacio

Estamos ya ante el primer plato, unos buenos cogollos con salmón, y él deja claro su interés. A Duque no le gusta contar su vida, no le gusta hablar en público de otros temas y una y otra vez, se apasiona con lo suyo: el espacio: "Opiniones tengo, como todo el mundo, pero prefiero hablar de lo que sé". "Llevaba ya 15 años de astronauta, el tiempo normal que uno suele durar en esta profesión, y me ofrecieron, el año pasado, un trabajo interesante, así que pedí la excedencia", explica Duque, de 44 años. Sigue pasando las revisiones médicas y los requisitos de la Agencia Europea del Espacio (ESA) para mantener su licencia de astronauta, pero está volcado en dirigir Deimos Imaging.

"Es un proyecto novedoso: tomar cosas que se han inventado para el espacio y traerlas para el uso general", comenta. Se trata de explotar un satélite que tomará fotos del planeta y distribuirlas para múltiples usos, desde protección del medio ambiente hasta vigilancia de catástrofes o planificación del territorio. "Es la tercera ola de uso social de las tecnologías del espacio: la primera fue la televisión y las comunicaciones desde satélite, la segunda, la navegación (GPS y Galileo) y la tercera es ésta, la observación de la Tierra".

Ahora echa un poco de menos la variedad de cosas que hace un astronauta y reconoce que han sido unos estupendos 15 años, no sólo por haber estado donde pocos centenares de personas han logrado estar, sino por acceder a las tecnologías de vanguardia a las que, como ingeniero aeronáutico, siempre quiso acceder.

Duque ha elegido un buen chuletón de Ávila, nada que ver con las latas, la comida deshidratada, y, muy de vez en cuando, algún producto fresco que conforman la dieta en el espacio. "Al cabo de ocho días resulta un poco aburrido, y para quien está allí mucho tiempo es muy, muy aburrido. De hecho, al cabo de dos o tres meses los astronautas sufren un bajón, una pérdida de entusiasmo... Uno no puede abrir una ventana, no ve a nadie más que a sus compañeros de tripulación...".

Pues un viaje a Marte sería mucho más largo. ¿Se apuntaría? "Habría que mirar los detalles, aunque seguro que ya no me toca, por la edad. Pero el siguiente paso es volver a la Luna, antes que ir a Marte". ¿Para cuándo? "Es sólo cuestión de muchas horas de ingeniería y de mucho entusiasmo". También hace falta invertir dinero. "El presupuesto del programa Apolo fue grande, pero costó mucho menos ir a la Luna que la guerra de Irak".

Ante la carta de postres, Duque pregunta: "¿De verdad tiene que leer la gente lo que como?". Elige mango.

Pedro Duque, en la localidad madrileña de Tres Cantos.
Pedro Duque, en la localidad madrileña de Tres Cantos.GORKA LEJARCEGI

Bodegón Francachela Tres Cantos (Madrid)

- Cogollos con salmón: 13,90

- Chuleta de Ávila: 16,80

- Lenguado: 24

- Mango: 5,50

- Agua: 2,40

- Dos cervezas sin alcohol: 4,40

- Pan: 3

Total con IVA: 70 euros

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