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Reportaje:

Un pincho por apagar el cigarro

Un montaje festivo intenta concienciar en bares donostiarras sobre la nueva ley Antitabaco - "No es mi trabajo impedir que se fume", dice un camarero

Las notas de una trompeta tocando When the saints go marching in anunciaron que comenzaba la gira De pintxos sin malos humos, organizada ayer por el Gobierno en la Pàrte Vieja donostiarra para concienciar a la sociedad de que a partir del próximo 2 de enero no se podrá fumar en los espacios públicos cerrados. Por las escaleras del mercado de La Bretxa descendieron cinco actores disfrazados de croqueta, chipirón, champiñón, brocheta y gilda. Cantando al unísono "¡Aquí sin humo!", emprendieron una ruta por seis bares de la zona más tradicional de la capital guipuzcoana invitando a pinchos a todo aquel que no estuviera fumando.

Dentro de los locales, los actores interpretaban cortas escenas en las que celebraban que Malos Humos ya no se encontraba en la ciudad. Por un momento, un pequeño bocado que humeaba sobre unas brasas de carbón les hizo dudar, pero, tras instar a algunas personas a apagar sus cigarrillos, intercambiaron una variada gama de pinchos por un simple beso.

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Super Brocheta apuntó: "Si encontramos a alguien fumando, seguramente lo deportemos. Cada uno puede hacerlo en sus casas, pero en los lugares públicos vamos a disfrutar todos los no fumadores y comeremos todos pinchos con aire puro. Porque, si nos quitan los pinchos con su sabor, ¿qué nos queda?"

En los bares que recorrió la gira -Zeruko, Txalupa, Casa Bartolo, Ganbara, Tamboril y Aralar- se sucedían opiniones de todos los tipos. Un camarero se mostraba favorable a la aplicación de la ley en los restaurantes, pero no así en las discotecas: "Soy fumador. Todo lo que sea que aplicar la ley en los bares de pinchos para que la comida no coja humo me parece muy bien. Sin embargo, no me parece normal que el día que estoy de copas por la noche tenga que salir afuera. Existe una contradicción: no puedo salir afuera a beber, pero sí a fumar".

Este profesional indicó que otro de los aspectos de la ley que rechaza es tener que ejercer de vigilante de su cumplimiento. "Ya tengo bastante con controlar los pinchos que coge la gente. No es mi trabajo tener que recordar a la gente que no puede fumar", enfatizaba.

La directora de Drogodependencias, Celina Pereda, quien participó en parte de la gira, mantuvo que la iniciativa constata que el trabajo que está realizando el Ejecutivo es lanzar un mensaje "de convivencia y respeto más que uno punitivo".

Con todo, Pereda remarcó que existe una normativa "que se debe cumplir" y que incluye un apartado de sanciones por su incumplimiento, aunque volvió a incidir: "Vamos a poder convivir y pasárnoslo mejor todos. El que necesite fumar, sale a la calle y lo hace. Ahora todos los establecimientos van a tener las mismas condiciones".

A pocos metros de los cinco actores, que en ese momento cantaban "Malos Humos se ha ido", José blandía un puro. "Estoy en contra de la ley. Lo primero que tienen que hacer es no vender tabaco", aseguraba rotundo. "Yo fumo, y mucho. Lo seguiré haciendo hasta la prohibición. Entonces, dejaré de entrar en bares. Lo que no se puede hacer es obligar. Prefiero fumar a que me regalen un pincho", añadió. Segundos después, José apagaba con sus botas marrones un cigarrillo casi sin comenzar y masticaba una croqueta.

Pereda: "Una norma se debe cumplir"

La directora de Drogodependencias, Celina Pereda, quien ayer se acercó a la gira De pintxos sin malos humos, aseguró a EL PAÍS con respecto a las quejas de los hosteleros, que se oponen a ejercer de guardianes de la nueva ley Antitabaco: "Una norma se debe cumplir. También la hostelería tiene que cumplir con que se guarden las condiciones higiénicas de las cocinas o de los comedores. Igualmente, si está prohibido que entren animales a un comedor o la cocina, también lo tienen que cumplir. No es hacer de policía, sino cumplir una ley".

De cualquier modo, Pereda apuntó que la labor de la Dirección de Drogodependencias es "facilitar herramientas para que esa labor sea más sencilla", como la distribución de carteles, por ejemplo.

En cuanto a la petición de los hosteleros de indemnizar a quienes reformaron sus locales con la ley de 2005, "que no se cumplió", Pereda consideró que "no son tantos los locales habilitados en Euskadi".

La directora de Drogodependencias destacó que los vascos que no fuman, un 70%, han estado "sufriendo unos ambientes que no habían elegido y que venían dados por las personas que no fuman". Por tanto, indicó a los hosteleros que creen que la nueva normativa ataca a sus derechos y a los de los fumadores que "van a tener suerte, porque el tabaco es un riesgo laboral".

Recordó el caso de un trabajador de la hostelería que jamás había fumado y que falleció hace dos semanas por un cáncer de pulmón. "Deberían estar contentos porque se va a mejorar su medio laboral. Ya no nos van a poder preguntar si nos importa que fumen. No van a poder y ya está", abundó.

Por último, la directora de Drogodependencias mantuvo que la nueva ley Antitabaco se ha logrado precisamente gracias a las reclamaciones de los ciudadanos que no consumen tabaco.

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