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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

'Divide y vencerás' en Oriente Próximo

En 1952 el líder egipcio de la revolución de los Oficiales Libres Gamal Abdel Nasser se hacía con el mando del país más poderoso de Oriente Próximo con el beneplácito norteamericano, aunque más tarde su discurso nacionalista laico, que promulgaba la unión de los Estados árabes, fue una amenaza que ni Gobiernos occidentales ni sus títeres en la zona estaban dispuestos a permitir. Muchos de ellos apoyaron económica y políticamente al movimiento islámico de los Hermanos Musulmanes (HM) como oposición al régimen egipcio, sin importarles su fundamentalismo religioso. En esta lucha contra el panarabismo de Nasser se incluye también el apoyo al movimiento de liberación palestino Al Fatah, liderado por un Arafat que estuvo preso en Egipto por pertenencia a los HM, y que por su naturaleza nacionalista no permitiría las injerencias unionistas de Nasser en el problema palestino.

Los HM fueron también una preciada herramienta utilizada por Occidente y sus aliados árabes durante la guerra fría con el fin de frenar la intrusión comunista-laica en la zona. En 1987, Israel, que observaba como Al Fatah se había convertido en un ente poderoso, laico e independiente que controlaba la política palestina y contaba con el reconocimiento internacional, decidió financiar en plena 1ª Intifada al grupo Hamás, proveniente también de los HM, con la intención de dividir a la población palestina. Fue el pasado viernes cuando Hamás celebraba su 19º aniversario, y algunos echamos de menos a su padrino hebreo a la hora de soplar las velas.

Tras sufrir los efectos secundarios de la creación del grupo fundamentalista, Israel está a punto de poner el broche de oro a su política desestabilizadora en Palestina: un enfrentamiento armado Al Fatah-Hamás. Y occidente y su intervencionismo continuista no quedará atrás, con EE UU prometiendo financiación a las fuerzas de seguridad fieles a Al Fatah, lo que puede asegurar la carnicería. Eso sí, dinero para los salarios de médicos y profesores palestinos no.

¿Hasta cuándo va a tener que esperar el pueblo árabe para que dejemos de utilizar nuestra influencia política alentando guerras en lugar de luchar por la paz? Ojalá Palestina vuelva a dar una lección a Occidente haciendo uso de la ventana abierta dejada por Abu Mazen: la formación de un Gobierno de unidad nacional que evite otro derramamiento de sangre del que, recordemos, compartimos responsabilidad como ciudadanos europeos.

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