"Soy como un pez globo"
Una 'inmersión' urbana con Miguel Sebastián, un buzo con 18 años de experiencia
"Es mejor el Caribe que esto, ¿verdad?", masculla Miguel Sebastián, embutido en neopreno negro, cuando emerge. Pues sí. El agua está a la misma temperatura, casi 30 grados, pero huele a cloro y el único pez en esta pileta de gresite (una piscina de entrenamiento de buzos en el centro de Madrid) es el candidato a la alcaldía, nadando de pared a pared y algo incómodo con una aleta que se le suelta y un equipo prestado.
Va para 20 años que Sebastián se escapa, en vacaciones más lejos -a Asia, al Mar Rojo- o en los puentes a su casa de Almería, en busca de una sensación. La de volar entre cañones submarinos o desfiladeros de coral. La de quedarse embobado, perdiendo la noción del tiempo, sin apenas consumir aire, mirando las sorpresas diminutas del mar, los pequeños nudibranquios, o las gambas limpiadoras. "Como aquella vez en que algo me tocó en la espalda. Era un napoleón (un tipo de pez muy manso con una gran boca) grande como una vaca, que quería que le diese de comer", recuerda el candidato, aún con el pelo mojado tras el simulacro de inmersión.
Uno de sus perros se llama Pulpo, porque el pulpo, dice, es un "animal tímido, cariñoso e inteligente. ¿Sabes lo que le pasa cuando lo coges?", pregunta, "se pone blanco, del susto, y luego, cuando lo acaricias, va recuperando sus colores". Sus hermanos le chinchan cuando salen a comer: "Piden mero, y yo he dejado de comerlo porque un mero es como un perrito, te sigue, le gusta la gente".
Hace 20 años, Sebastián viajó a Cuba, probó y ¡bingo! "Vi una manta gigante, un animal impresionante, y no cejé hasta hacer el curso". El entrenamiento, en la piscina de la Latina, fue casi militar. Un día se quedó sin aire en el fondo. "Pedí ayuda a un compañero. Luego el instructor me confesó que me había cerrado la botella y que me lo hizo a mí porque sabía que era el único que no iba a subir, aterrorizado, que es lo que nunca se puede hacer. No tuve miedo".
-Entonces, ¿cuándo corrió peligro?
-Una vez, en Australia. Al salir, el guía me dijo: has estado jugando con una serpiente que si te muerde, te mata en media hora. No lo sabía.
-¿Y los tiburones?
-Son menos peligrosos que algunas personas. El tiburón nunca te ataca sin un motivo. Una persona, sí.
La inmersión urbana se produce en medio de la galerna del caso Corulla. ¿Cómo ha sobrevivido? "No me he quedado sin aire, he estado apoyado".
-¿Y si usted fuera pez?
-Sería un pez globo, que cuando se le van a comer se hincha. Así no cabe en la boca del agresor.
-¿Y Alberto Ruiz-Gallardón?
-Una medusa. Aparentemente es un organismo bello. Pero no es bueno acercarse, porque es urticante. Venenoso.
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