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"La satisfacción inmediata es propia del espectáculo, no de los museos"

Philippe de Montebello, ex director del Metropolitan, estrena la Cátedra del Prado

Dirigir durante más de tres décadas el Metropolitan Museum de Nueva York puede acabar siendo algo parecido a un reinado. Si, además, uno se llama Philippe de Montebello y mantiene un porte más europeo que estadounidense -a pesar de haber dejado su París natal a los 13 años- debe estar incluso preparado para que lo apoden Rey Sol, como hizo el diario The New York Times en julio de 2007. El 31 de diciembre del año pasado, Montebello, octavo director del Met, y el que más tiempo ha ocupado ese puesto en los 135 años de la institución, se retiró.

Apenas han pasado dos meses y aún habla en primera persona del plural cuando se refiere a la institución neoyorquina. "Aunque no tengo mucho tiempo de echarla de menos", aseguraba ayer en Madrid. Sus clases de museología en la Universidad de Nueva York le mantienen muy ocupado. Además, mañana estrenará con una conferencia inaugural la Cátedra del Prado, recién creada por la pinacoteca española, y que cada año ocupará una personalidad de prestigio en el ámbito museístico.

El programa incluye, entre abril y octubre, seis clases magistrales impartidas, entre otros, por Michel Laclotte, director del Louvre entre 1987 y 1995, Mark Jones, director del Victoria and Albert Museum o el sucesor de De Montebello al frente del Met, Thomas P. Campbell.

El balance de la gestión de De Montebello deja la boca abierta: desde 1977, el museo ha duplicado su espacio expositivo, ha abierto nuevas galerías -las últimas, dedicadas al arte griego y romano- y ha adquirido 84.000 obras. Para él, el mérito es compartido con el personal del museo: "Creo que la reputación del museo ha crecido durante estos años y ese trabajo, mantener un nivel alto de expectativas año tras año, uno no lo hace solo. Me enorgullezco de ello".

De Montebello rechaza la idea de un museo como espectáculo: "El arte no es divertido. Es algo difícil de aprehender. Para apreciarlo hay que entrar en la mente del artista, que pase un poco de tiempo, esperar que el cuadro le hable a uno. El golpe de satisfacción inmediato es algo propio del espectáculo, pero no de los museos", sentencia.

Algunos de los más importantes museos tradicionales del mundo han ensayado en los últimos años la introducción de arte contemporáneo para atraer nuevas audiencias. Una política que ha levantado la controversia de la demarcación cronológica entre instituciones como la National Gallery y la Tate Gallery en Londres, o el Prado, que acoge estos días una retrospectiva de Francis Bacon, y el Museo Reina Sofía. De Montebello ha sido criticado por su resistencia a introducir arte actual en el Met. "Pero, según otros, he metido demasiado", se defiende un punto molesto. "Desde sus inicios, en 1870, el Met siempre ha mostrado arte contemporáneo. Como museo enciclopédico -en esto es diferente del Prado-, tiene arte de todo el mundo, de todo el planeta, de todos los periodos. Es lógico que el Met muestre arte contemporáneo, pero tenemos que guardar un equilibrio con 5.000 años de historia. No se puede añadir arte egipcio o romano porque ya no hay; maestros antiguos, se puede comprar uno o dos al año. Pero el arte contemporáneo es algo que se está haciendo todo el tiempo y la trampa es querer incorporar demasiado"."El Metropolitan no puede caer en la trampa de incorporar mucho arte actual"

Philippe de Montebello, ex director del Metropolitan Museum, en el Casón del Buen Retiro.
Philippe de Montebello, ex director del Metropolitan Museum, en el Casón del Buen Retiro.CRISTÓBAL MANUEL

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