Gutiérrez Aragón sitúa su estreno literario en el 11-M
Tras dejar el cine, el autor obtiene el Premio Herralde con su primera novela
A cada rato habla de "la película" en lugar de "la novela". Enseguida rectifica. No es de extrañar. Han sido 35 años dedicados al cine y 23 filmes rodados. Manuel Gutiérrez Aragón, que ayer obtuvo el Premio Herralde por su primera novela, La vida antes de marzo, se ríe con la confusión y se acuerda de ese personaje de Stanley Kubrick ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú, el asesor del presidente estadounidense, un antiguo científico nazi, que no puede evitar que se le dispare el brazo en un saludo fascista. "Me siento otra persona, he rejuvenecido, he empezado otra nueva vida. Ha sido como volver a la pubertad".
Gutiérrez Aragón (Torrelavega, Cantabria, 1942) no puede estar más exultante. Tras el anuncio hace un año de que abandonaba definitivamente el cine -"hay un cierto empobrecimiento financiero y las películas se van miserabilizando; antes de hacer un cine pobre, prefiero dejarlo"-, el autor ha descubierto el placer solitario de la escritura. "El cine es pura promiscuidad, siempre rodeado de mucha gente y con una importante descarga emocional. No lo echo de menos, aunque sí el trabajo en equipo, la intensidad y el riesgo en el aspecto creativo. Pero ahora si quiero meter 25 helicópteros los meto, sin problemas. Es un gustazo", aseguraba ayer poco antes de que se hiciera público el premio en Barcelona.
"Toda mi capacidad de imaginación y creación se ha ido a la escritura"
La vida antes de marzo, que publicará en breve Anagrama, narra el encuentro de un joven asturiano con la trama islamista meses antes del atentado del 11 de marzo, "la mayor tragedia colectiva que hemos vivido en España". Gutiérrez Aragón explica que el libro no es una novela en torno al 11-M, ya que sólo aparece en el fondo de la historia y muy al final del libro. "Lo que más me interesaba es el choque con el mundo islámico, que está tan alejado de nuestra cultura, el encuentro entre ese joven asturiano, no tan inocente, con una trama que no entienden muchos".
Amigos y conocidos le habían recomendado y animado en muchas ocasiones a ponerse a escribir novelas, pero él siempre lo tuvo claro: o cine o literatura. "Los dos procesos creativos no son compatibles. Mientras duermes, cuando paseas, cuando desayunas, toda tu energía está dedicada a una cosa. Ahora toda mi capacidad de imaginación y creación se ha ido a la escritura", explica el autor de tantos guiones. "Un guión no es nada hasta que se hace la película. La creación está completa con la novela, sin depender de nadie más".
Fue el propio autor quien se puso en contacto con la editorial Anagrama para publicar su trabajo, pese a que tenía ofertas más sustanciosas. "Pensé que si yo en mi vida privada leo siempre los libros de Anagrama es en esa editorial donde querría ver editada mi novela". Ya ha empezado su segundo trabajo. Se titulará Virtud y fortuna. Una historia que comienza en América y termina en Madrid. Hasta que ésta vea la luz, se queda con la sensación de que el premio es "un buen comienzo para una nueva vida".
Babelia
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