Breve y perezoso
"Desde pequeño fui pequeño", advirtió una vez Augusto Monterroso, hombre de corta estatura, modesto y sabio, propenso a escribir poco y a publicar sólo lo que consideraba necesario. Nació el 21 de diciembre de 1921 en Tegucigalpa, la capital de Honduras, pero su padre era general en el Ejército de Guatemala y en este país vivió el escritor hasta 1944. Ese año marchó al exilio por sus actividades contra el dictador Jorge Ubico.
Monterroso residió en Bolivia durante un tiempo y desde 1951 hasta 1954, coincidiendo con la presidencia del progresista Jacobo Arbenz en Guatemala, fue vicecónsul de su país en México. Tras el derrocamiento de Arbenz en 1954, el escritor vivió en Chile, donde trabajó como secretario de Pablo Neruda, hasta que en 1956 volvió a Ciudad de México. En su atípico diario La letra e, recuerda lo siguiente: "Cuando vine a México tropezaba mucho con un anuncio que decía: 'No hable, telegrafíe', que yo interpreté al pie de la letra y quizá, habiéndolo tomado demasiado en serio, sea de donde procede mi tendencia a escribir con brevedad, o por lo menos con frases breves".
Sea como fuere, en 1959 Monterroso publicó Obras completas (y otros cuentos), su primer libro, al que seguiría diez años más tarde La oveja negra y demás fábulas. El autor era ya profesor de Filosofía en la Universidad Autónoma de México y había contraído matrimonio con la escritora mexicana Bárbara Jacobs.
Sin prisas
En los años siguientes aparecerían Viaje al centro de la fábula, obra de 1989 en la que Monterroso reflexiona sobre su oficio, y Los buscadores de oro, primer volumen de sus memorias inconclusas. Tras publicar Sinfonía concluida y otros cuentos en 1994, reunió toda su obra de ficción en Cuentos, fábulas y Lo demás es silencio. Con la colaboración de su esposa, publicaría en 1998 una Antología del cuento triste. El 7 de febrero de 2003 moría de un ataque al corazón, pocos meses después de presentar su último libro, Pájaros de Hispanoamérica.
Babelia
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