El Pay-Pay tiene nombre de mujer
El café-teatro de Cádiz abre un ciclo dedicado al talento artístico femenino
Hace medio siglo las chicas del Pay-Pay se pavoneaban entre las mesas de la sala de fiestas. Daban conversación, reían, bailaban. Cobraban por descorche. Una botella, un billete. Algunas se iban después con esos hombres. Otras como La Guapa presumían de preservarse de esas lujuriosas salidas fuera del bar.
Ahora el Pay-Pay es un café teatro, ubicado en el barrio del Pópulo de Cádiz, y sigue habiendo chicas pero su arte va más allá de la pícara sonrisa y el sugerente contoneo. El emblemático establecimiento gaditano abre este mes un ciclo cultural dedicado a las mujeres artistas, aquellas que con su voz, su pincel o su guitarra demuestran que tienen mucho que decir.
"Antes éramos diosas, ahora somos esposas", afirma una pintora
"¿Por qué un ciclo de mujeres en el Pay-Pay?", se pregunta en voz alta la actual propietaria del café, Paloma García. Ella misma se contesta que no hay una sola respuesta. Hay muchas. "Creo que es necesario hacer algo que muestre lo que ofrecen las artistas sin necesidad de esperar al 8 de marzo. A algunas sólo se las llama para eso", se queja. "Hay bailarinas que han tenido que desabrocharse la camisa para subirse en un escenario, cantantes que no han ganado concursos y les han dicho que era porque estaban gordas. La igualdad no es real", lamenta.
García tomó las riendas de su reivindicación y durante todo el mes de septiembre el Pay-Pay ha organizado un ciclo de exclusiva presencia femenina. Estará allí la cantante gaditana Verónica Díaz. "Es mi casa y lo adoro. Aquí han nacido muchos de mis proyectos, aquí ha salido gran parte de mi arte. Quiero estrenar canciones y estoy orgullosa de hacerlo en este escenario", detalla la artista, que es autora de sus propias canciones. Ella actuará cada miércoles. Y lo hará entre las obras pictóricas que llenan las paredes del café. En todas aparecen mujeres. Son creaciones de la pintora Amalia Quirós. "Yo he cotilleado entre un montón de investigaciones de antropólogos y me he dado cuenta de que Dios era mujer", afirma Quirós. Su muestra se llama Divinas. "Siempre digo que antes éramos diosas, ahora somos esposas", agrega.
El escenario se completará este mes con la presencia de la cantautora granadina Elena Bugedo, la linense Laura Granados, la aragonesa María José Hernández, la malagueña Nani Eva y la madrileña Tizia. La gaditana Neus pondrá también su voz, aunque su arte se extiende a la pintura y la escultura. "Creo que es importante que salgamos y recordemos que estamos aquí y que tenemos cosas que decir", asegura Neus.
La argentina Anabella Zoch ha sufrido en propias carnes los rigores de la discriminación sexual. "Una productora me dijo que adelgazara 14 kilos si quería que me grabaran un disco", confiesa. Entonces aceptó. "Era joven y se aprovechan de eso". Perdió peso pero no hubo disco. "Las cosas del corralito", apunta.
También habrá narradoras, la actuación de Alba Molina y Vicky Luna y el flamenco de Anabel Rivera. La propietaria del establecimiento presume de cartel. "Demostramos que no somos invisibles y que nuestro techo de cristal se rompe sin problemas. Hay que ir fuerte, sin miedo". Así pisarán las mujeres las tablas del Pay-Pay. Siempre lo han hecho pero ahora ellas son las protagonistas, las acaparadoras de todos los focos, las únicas dueñas de su arte.
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