A la escuela con la tableta
Los centros educativos empiezan a implantar estos dispositivos en las clases
Primero fueron los ordenadores y ahora son las tabletas las que se abren paso en la escuela. Jim Manikas ha impuesto obligatoriamente este dispositivo en el centro escolar que dirige: Webb School, en Knoxville (Tenessee, Estados Unidos). La tableta se llama iPad. La llevarán todos los alumnos de Primaria y Secundaria, una vez pagada por sus padres. "Todos tendrán el mismo aparato, sin diferencias, para que todos tengan las mismas posibilidades, compartan y aprendan juntos, cuando sea necesario, pero también de manera individual", dice. Pero en España son escasos los centros que se han apuntado a esta tecnología.
Hasta el momento, la tableta ha tenido un uso doméstico y empresarial, tanto para leer en el sofá como para presentaciones comerciales. Con más de 15 millones de unidades vendidas, el iPad ha generado un nuevo mercado. Samsung, con Galaxy Tab, es su competidora al superar los dos millones de aparatos.
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En la escuela Webb School de Knoxville (EE UU) se enseña con el iPad
Los educadores preparan a los alumnos para un futuro digital
Desde su nacimiento se ha hablado de las bondades de la tableta en el ámbito educativo, pero poco se ha usado más allá de juegos de puzles o de memoria. Con la llegada del iPad 2, en EE UU Apple invita a donar la primera iPad a Teach for America (Enseñar por América), una organización de educadores que ayuda a los alumnos con recursos más bajos. Incluso explica cómo esta donación deduce impuestos.
"Por precio, duración de la batería y la cantidad de aplicaciones disponibles", Manikas cree que el iPad debe ser la herramienta principal de su alumnado. "Tiene todo lo que se espera de un ordenador educativo, con la ventaja de que los alumnos la ven atractiva y la quieren llevar con ellos", insiste.
El aparato irá con algunas aplicaciones cargadas por la escuela, aunque los alumnos podrán instalar más bajo la supervisión de sus padres, a los que se les dará un curso para aprender a controlarlo y sincronizar con el ordenador de casa. Todos tendrán el modelo de 16 gigas con wifi, pero sin 3G.
"No es una forma de atraer estudiantes, salir en los medios o hacer dinero, sino de preparar a nuestros alumnos para un futuro digital. En la Universidad y en su vida laboral van a trabajar así", asegura Manikas.
En los colegios españoles todavía no se utiliza la tableta. Según el Ministerio de Educación, el programa Escuela 2.0 ha distribuido en los dos últimos cursos 601.500 miniportátiles, cuyas características pueden mejorar las comunidades autónomas, pero con unos mínimos: procesador igual o superior a 1Ghz, un giga de memoria, conectividad tanto wifi como por cable, 60 gigas de disco duro y pantalla de 10 pulgadas. La decisión de su sistema operativo es lo más polémico.
Myriam Redondo, del Ministerio de Educación, explica cómo se ha resuelto: "Depende de la decisión que tome cada comunidad autónoma. Para las que no se han decantado por el uso exclusivo de software libre, el portátil contará con un disco duro con dos particiones de arranque; en una irá instalado un sistema operativo libre". La EOI (Escuela de Organización Industrial) de Madrid apostó en 2009 por Android, el sistema operativo de Google.
Primero con los teléfonos y ahora con las tabletas. En la matrícula de la EOI van incluidos el aparato y la conexión de datos durante el curso; al terminar, la tableta pasa a ser del alumno.
El modelo escogido es la Galaxy Tab de siete pulgadas de Samsung. "Creemos que encaja mejor con la forma en que se van a hacer negocios en el futuro, con la adaptación de contenidos en la nube y con la libertad creativa. Al ser una plataforma abierta nos hace sentir parte de la innovación", explica Tíscar Lara, vicedecana de la EOI.
En opinión de Lara, la diferencia con el iPad no es solo una cuestión de hardware, también de ideología. Cuando se decidieron, la primera iPad no permitía grabar vídeo o fotografiar, pero sí la Galaxy Tab. El iPad 2 no les ha hecho cambiar de idea: "Que ahora integre la cámara no lo hace más abierto. Nos sigue pareciendo un aparato más pensado para el consumo de contenidos que para la creación o producción".
Una de las aplicaciones que recomienda a sus alumnos se llama Qik, sirve para retransmitir vídeo desde el aparato, gracias a la cámara. Es solo un ejemplo de las habilidades que adquieren en esta escuela de negocios. La idea final de Lara es hacerles manejarse en nuevas narrativas. "Queremos que se conviertan en personas autónomas que comuniquen, sean participativos y creativos, no solo consumidores".
Todos los alumnos cuentan con su blog. Por las impresiones que dejan en sus cuadernos de bitácora parecen satisfechos. César Júdez lo explica con una poesía; Miguel Santos dice que le recuerda al pizarrín de nuestros abuelos; Juan Manuel Domingo marca 10 diferencias que aprendió en este centro.
"No se trata de una acción de márketing sino de la puerta de entrada a nuestra plataforma de contenidos abiertos", dice Lara. "Forma parte del plan estratégico del centro, que apuesta por el software libre, la economía abierta y el desarrollo de aplicaciones".
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