Tele de mujeres, radio de hombres

Cuestión de sexo. Las mujeres por un lado y los hombres por otro. Mientras las mañanas de las televisiones de ámbito nacional están en manos femeninas, la misma franja está dominada por hombres cuando se sintoniza la radio. Ellas son Pepa Bueno (TVE-1), Susana Griso (Antena 3), Concha García Campoy (Cuatro) y Ana Rosa Quintana (Tele 5). Enfrente tienen a Carles Francino (SER), Juan Ramón Lucas (RNE), Carlos Herrera (Onda Cero), Luis del Olmo (Punto Radio) y Federico Jiménez Losantos (Cope). ¿Casualidad o premeditación? ¿Existe alguna ley no escrita para que los directivos de los medios opten por profesionales de uno u otro sexo?

"A la radio le falta un Ministerio de Igualdad", dice Carles Francino

Para Pepa Bueno, al frente del magacín de TVE-1 Esta mañana desde el 24 de marzo, no hay ninguna campaña orquestada. Más bien cree que los medios se dejan arrastrar por "la inercia de los estereotipos". "Se piensa que las mujeres se siguen quedando en casa y los hombres montan en el coche para ir a trabajar; pero la realidad ha cambiado mucho". La periodista -responsable también de Los desayunos de TVE- apunta que Esta mañana es netamente "un programa informativo, de contenidos unisex y que toma el pulso a esa sociedad cambiante". Asegura que muchos hombres consumen televisión por la mañana, si bien su audiencia es más femenina: 62,8% frente a 37,2%.

Carles Francino, responsable de Hoy por hoy en la SER, es de los que creen que la radio arrastra "un histórico machismo". El hecho de que las cinco grandes cadenas apuesten por hombres es "una rémora de hace muchos años" que se ha alimentado con el paso del tiempo. "Las voces se han encasillado y los clichés siguen funcionando. La radio, cuando nació, se entendía que tenía que tener voces viriles. La televisión es infinitamente más moderna. Evoluciona con más rapidez y se ha adaptado mejor a los tiempos". Francino sostiene que las empresas radiofónicas van por detrás de la sociedad, y observa, de manera preocupante, un déficit de voces femeninas en las tertulias políticas de la mañana, circunstancia que le lleva a una conclusión tajante: "A la radio le falta un Ministerio de Igualdad".

Con más de 30 años pilotando Protagonistas, Luis del Olmo es un referente en las ondas. El decano de las mañanas no percibe síntomas de sexismo, sino "pura casualidad" porque "las mujeres están tan capacitadas como los hombres para llevar programas ómnibus". Del Olmo predica, aunque sólo a medias, con el ejemplo. En los últimos años ha dejado una parte de las seis horas de Protagonistas (Punto Radio) en manos de mujeres (Julia Otero primero y María Teresa Campos ahora). Esta fragmentación a partir de las 10.00 del magacín no es casualidad. "Está demostrado que los hombres escuchan más los informativos y que hay más oyentes mujeres a partir de las 10.00. Por eso todas las cadenas cambian el tono a esa hora y plantean otro tipo de temas".

Ana Rosa Quintana se apunta a la teoría del radiofonista leonés. "¿Sexismo? No lo creo; más bien casualidad", dice la periodista, que lidera El programa de Ana Rosa (Tele 5) desde 2005. "Si un formato funciona, los directivos buscan perfiles parecidos", subraya. En su espacio, las telespectadoras ganan por goleada. En los tres últimos meses: 73,6% frente a 26,4%. Quintana recuerda que fue un hombre quien tomó por primera vez las riendas de la mañana. Fue Jesús Hermida (en TVE, 1987) con Por la mañana, un formato donde cabían entrevistas, reportajes a pie de calle y telenovelas. Salvo contadas excepciones, algunas de ellas cercanas en el tiempo (Juan Ramón Lucas y De buena mañana y Pedro Piqueras con A plena luz, ambos en Antena 3), las mañanas son un territorio donde durante muchos años reinó María Teresa Campos.

Lucas dirige ahora el despertador de RNE, dividido la pasada temporada en dos bloques. El más informativo, con Julián Salgado, y el segundo, más volcado en el entretenimiento, encabezado por Olga Viza, una de las pocas mujeres que en los últimos años ha transitado, y sólo parcialmente, en un solar de hombres.

De lunes a viernes, Concha García Campoy toma los mandos de Las mañanas de Cuatro. Para la periodista, la radio y la televisión son medios diferentes, si bien el primero siempre ha estado en manos masculinas. "Durante muchos años, los grandes comunicadores eran hombres. Parecía que tenían más credibilidad para una audiencia supuestamente más masculina y para los anunciantes". Pero, en su opinión, "esa tendencia está a punto de cambiar, un poco por puro azar, pero también por estrategias empresariales". La periodista sostiene que los directivos piensan que las féminas son "más dúctiles", capaces de hablar de temas sociales para pasar rápidamente a la actualidad o a la información política. El magacín de Cuatro tiene una acogida notable entre el público masculino: el 47,2% de sus seguidores son hombres frente al 52,8% de mujeres. Se sitúa, por tanto, por encima de la media seguidores en los programas matutinos, que es del 39,3%.

Susana Griso, que aterrizó en enero de 2007 en Espejo público (Antena 3), también achaca al azar ese superávit femenino a primera hora del día. "Quiero creer que no hay nada premeditado", dice. "Tradicionalmente se piensa que el perfil de audiencia de esa franja es netamente femenino, pero no está tan claro", apunta, y añade que los contenidos de su magacín están abiertos a todo tipo de intereses, aunque los resultados de audiencia se escoran hacia el bando femenino: 42,2% de hombres y 57,8% de mujeres. Griso habla de "un efecto mimético" por parte de las cadenas. "Las cuatro procedemos de los telediarios, todas somos periodistas y muy versátiles", concluye.

Al igual que otras grandes cadenas, Onda Cero y la Cope son foros masculinos. En la primera se ha instalado Carlos Herrera, que en otras temporadas Onda Cero situó en la tarde. Para el periodista, son precisamente las empresas las que toman las decisiones a la hora de elaborar las parrillas. Una portavoz de la Cope señala que la tendencia de colocar hombres en los matinales (Federico Jiménez Losantos, en su caso) forma parte de la "dinámica de la radio" y "no tiene ninguna explicación filosófica, política o mediática". Sea por lo que sea, la radio parece cosa de hombres, y la televisión, de mujeres.