Noticias fresquitas
Veintitrés de agosto y aún no ha aparecido el monstruo del lago Ness. Ni Elvis. Y para qué recordar Hiroshima si tenemos Fukushima. La imaginería clásica del verano ha pasado a mejor vida en este; en parte, porque los programas rosa llenan la parrilla, en parte porque el mes arrastra más noticias que cadenas. Si antaño nos inculcaron lo del euríbor, por la hipoteca que nos corría, ahora consultamos al segundo la prima de riesgo de nuestro equipo favorito; que si España pasa a Italia, que si se descuelgan Grecia y Portugal. A falta de la Liga de fútbol, la clasificación de la prima de riesgo es básica en cualquier noticiario que se precie.
¡Qué fue del aniversario de Marilyn, qué del barril de brent! Las cuatro horas diarias de Sálvame -más repetición en La Siete- no pueden competir con la actualidad protagonizada por gente seria y de provecho: el alcalde de Las Rozas de Valdearroyo nombra a un pirómano concejal de Medio Ambiente. España, gracias a Federico Trillo, debe 23.000 millones en pistolicas. Los senadores italianos almuerzan por tres euros, lubina incluida. El pueblo de Moia, que ha votado 28 años al mismo, arrastra facturas sin pagar desde 2005, de cuando atábamos los yorkshires con chistorra.
Ante la incansable actividad de los políticos, a quién le interesa si los Mohedano visitaban al hospitalizado Ortega Cano o si la Tablada vuelve con David Bisbal. Belén Esteban, Rosa Benito y Matamoros al uso se han convertido en unos perroflautas. La realidad de este mes es más atractiva que la telerrealidad: dos concejales del racista PxD se escandalizan de que les expulsen del partido por acostarse con negros. Estirado en una hamaca, Rajoy le afea a Zapatero que se pille vacaciones; los palmeros del PP, Arenas & Pons, suben al escenario para decir que Rubalcaba no quiere acabar con ETA (a continuación, PP brinda con Bildu); Berlusconi eliminará 36 provincias (le quedan 74) y Rubalcaba las diputaciones. En el charco catalán, el dúo Mena & Cleries organiza el caos perfecto para no pagar 420 euros a los pobres. Los políticos las dicen -y las hacen- más gordas en este agosto. Sinceramente, me han enganchado.
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