Notas
Más pronto o más tarde, según parece, todos acabamos siendo fascistas. Mi momento llegó ayer, mientras veía un informativo de la RAI. En la cadena pública italiana se anunciaba una decisión del Gobierno de Berlusconi: la reinstauración de las notas de conducta, y de las notas en general (ya saben, 6 en Matemáticas, 5 en Lengua, etcétera) en la enseñanza secundaria. En el decreto de la ministra Stella Gelmini se establecía, además, que un suspenso en conducta implicaría repetir el curso.
Y ahí estaba yo, más o menos de acuerdo con un decreto del Gobierno de Berlusconi. ¿Me había convertido en un fascista? La respuesta llegó de inmediato, facilitada por la Unión de Estudiantes: "Es un decreto fascista". El sindicato estudiantil señaló, además, que la escuela debía ser "democrática, jamás meritocrática", que había que apostar por "la inclusión constructiva de la marginalidad" y que resultaba intolerable que se quisiera acabar con la violencia en las aulas "por la vía de la represión".
Se hace extraño volverse fascista de repente. No tardan en aparecer los síntomas. Uno de ellos es la incapacidad para entender lo que dice la izquierda, al menos la izquierda italiana: "Nuestros chicos necesitan una escuela que les prepare para una sociedad complicada y un difícil mundo laboral, y en lugar de eso el gobierno emite señales incongruentes; las notas de conducta son un simple anuncio publicitario". Eso lo afirmó ayer Marina Sereni, la vicepresidenta del grupo parlamentario del Partido Democrático. Ustedes lo pillarán, seguramente, porque no han tenido mi desgracia fascista. Yo reconozco que no. Me quedo sin saber si la oposición a Berlusconi rechaza el decreto, la incongruencia o los anuncios publicitarios, aunque intuyo que estarán en contra del fascismo y, por tanto, de las notas.
Luego miré la edición digital de La Repubblica, el diario progresista por excelencia. Había una encuesta de urgencia entre los lectores. Con casi 10.000 votos emitidos, el 71% de los opinantes se declaraban a favor de las notas de conducta a todos los niveles, y el 14%, a favor de las notas de conducta sólo en la enseñanza superior.
Qué barbaridad. El fascismo está que se sale.
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