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Análisis:Cosa de dos
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Absurdos

Enric González

Debería dedicar estas líneas, probablemente, a la noticia de Telemadrid, que ayer a mediodía mejoró su programación: no hubo, por la huelga. O a hablar del mosqueo entre Buenafuente y Sardá. Resulta que Buenafuente invita a Sardá a su programa, y Sardá no quiere ir. Con lo bonito que sería reunir de nuevo, ya multimillonarios y con el garganchón bien curtido, a los dos viejos amigos. Buenafuente lo cuenta en su blog, para que todos sepamos lo que piensa: que el otro es un borde. Qué barbaridad. Cómo está España. Parecía que salíamos de la crispación, y mira.

También se podría decir algo del fin de temporada de El internado, esta noche. U organizar una porra sobre cuántos espectadores tendrán mañana las cadenas sin fútbol. Visto que el España-Italia atrajo al 77% de la audiencia, no quiero ni pensar en lo que ocurriría si Aragonés y los suyos llegaran a la final. ¿Y si TVE, Tele 5 y Antena 3 invitaran a una caña a cada espectador que huyera del "podemos"? A Cuatro le ha tocado la lotería con esa roja capaz de pasar de cuartos. Ahora habrá que ver cuánta audiencia mantiene Cuatro después del fin de semana, cuando, con copa o sin copa, empiece a pasarse esta fiebre.

Yo soy futbolero, puedo tragarme sin pestañear el partido más indecente, pero me gusta la gente que ignora el fútbol. No los que hacen chistecitos sobre los 22 señores en calzoncillos persiguiendo una pelota, sino los que viven ajenos al asunto. Lo considero una muestra de personalidad.

Permitan que vaya al grano: Peru Egurbide era uno de estos tipos con personalidad. Sabrán ya que Peru, un patriarca de esta casa, murió el lunes. Tenía el mejor mal carácter que he conocido. Hay que ser muy especial para pasarse la vida refunfuñando sin conseguir engañar a nadie: bastaba verle de lejos para saber que era un gran tipo, y de cerca era aún mejor. Me perdí algún partidazo por cenar con él; también me perdí alguna cena con él por ver un partido: ahora me parece absurdo. Todo parece absurdo esta tarde.

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