El concurso eólico abre la pugna entre Industria y Medio Ambiente

Las fricciones en la Xunta por el reparto del negocio eólico entre las empresas han estallado poniendo frente a frente a dos pesos pesados de PSOE y BNG dentro del Gobierno. El conselleiro de Innovación e Industria, el nacionalista Fernando Blanco, asegura que el responsable socialista de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, le anima a cometer un "delito" cuando le pide que no adjudique concesiones fuera de las áreas recogidas en la planificación oficial, pese a que está permitido en la convocatoria. "No se pueden modificar las condiciones del concurso, sería delito", replicó ayer Blanco, que ironizó sobre lo "preocupado" que está el socialista.

El conflicto dentro de la Xunta ha surgido por una de las condiciones del concurso público con el que se repartirán 2.325 megavatios en instalaciones eólicas, toda la potencia que se instalará en Galicia en los próximos cuatro años. Industria permite que las empresas presenten ofertas para levantar aerogeneradores en zonas no previstas por el plan eólico vigente, que data de la época de Manuel Fraga. Así lo recoge el departamento de Fernando Blanco en una orden aprobada después de que el Consello de la Xunta diera el visto bueno al decreto que regula las adjudicaciones, una maniobra que no ha sentado bien a Medio Ambiente.Censurando la actitud de su compañero socialista en el bipartito, el responsable de Industria subrayó que él no habla "de otros miembros del Gobierno" porque es "solidario con las decisiones" que toma el Consello de la Xunta. "El Gobierno está para trabajar y no para dar espectáculos", recriminó Blanco. El nacionalista recalca que Vázquez votó a favor del decreto eólico en el seno de este órgano, aunque la condición del concurso que disgusta al PSOE no está recogida en esa norma sino en una orden que no pasó por las manos del resto del Ejecutivo autonómico. "Fue votado todo en conjunto, es una obviedad", esgrime el nacionalista.

El conflicto entre los conselleiros de Industria y Medio Ambiente ha estallado por el disgusto del PSOE con la fórmula elegida por los nacionalistas para repartir entre las empresas el millonario negocio del viento. El departamento del nacionalista Blanco ha preferido adjudicar todos los megavatios que se pueden instalar en Galicia en los próximos años antes de aprobar el nuevo plan sectorial eólico, un documento que sí ha iniciado su compleja tramitación y que endurecerá las restricciones ambientales para levantar aerogeneradores. Aunque la modificación del plan del PP aún no ha sido aprobada, en el concurso eólico Industria permite adjudicar parques fuera de las áreas geográficas establecidas en la planificación vigente, a lo que se opone Medio Ambiente.

"Lo más razonable es tener las delimitaciones medioambientales antes de concederle los megavatios a la empresa", aduce Vázquez. Al contrario de lo que piensa el socialista, el responsable de Industria no ve ningún problema a esta posibilidad. "Es malo poner dificultades antes de ponerse a trabajar", replica el nacionalista Blanco, quien recuerda que todos los parques que logren una concesión de Industria deberán luego obtener permisos urbanísticos, medioambientales y de Patrimonio.

La protesta socialista por las condiciones del concurso fue secundada ayer por Unións Agrarias. El sindicato integrado en UGT no cree que los cambios introducidos en el sector vayan a multiplicar los beneficios que la explotación eólica dejará en las poblaciones afectadas. A su juicio, la regulación de Industria es "continuista" con respecto a la del PP, "no es transparente" y prima el lucro de las empresas.

José Antonio Diéguez, portavoz en Unións Agrarias de dueños de fincas con parques eólicos, sostiene que la regulación de Industria no acabará con la concentración del negocio en pocas manos. Diéguez asegura que el decreto eólico permite "tretas de bazar chino" y que "un mismo holding" puede aspirar a varios proyectos que no superen los 50 megavatios.