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Brigadistas abandonan incendios al extinguir la Xunta sus contratos

Juárez sostiene que la supresión de contratos no afecta a la seguridad del monte

Este año el fuego se embraveció en septiembre, época de máximo riesgo de incendios forestales según consta en el Pladiga, el plan de incendios de la Consellería de Medio Rural. Pero a medida que las llamas van asolando numerosos núcleos forestales (fundamentalmente en la provincia de Ourense), la empresa pública Seaga va despidiendo a los trabajadores. Los brigadistas dejan la manguera, entregan sus equipos de protección al capataz y se van para sus casas mientras las llamas siguen creciendo a sus espaldas.

Un integrante de una cuadrilla que esta semana operaba en la base de Allariz relata los hechos: "Cuando el otro día se nos acabó el contrato, entregamos al capataz los equipos de seguridad". En ese momento, "saltó una alarma en Paderne" y el jefe de los brigadistas "recibió una llamada del distrito 12, de Ourense, pidiéndole que nos retuviera". No lo hizo. No pudo hacerlo. Los brigadistas, en ese momento ya sin contrato, carecían de seguro que les cubriera en el desarrollo de una actividad de riesgo. "Nos fuimos los cuatro para casa", cuentan reclamando el anonimato que les garantice un nuevo contrato el próximo verano. El fuego de Paderne se sofocó con menos trabajadores y con más medios aéreos.

Seis helicópteros acudieron a aplacar un fuego de 3.000 metros de monte raso
Los ecologistas denuncian el desmantelamiento del servicio público

El despliegue de los medios aéreos es la tónica en este septiembre incendiario en la provincia de Ourense. Medio Rural envió al fuego forestal que se registró ayer en Gudín (Xinzo de Limia) cinco helicópteros, dos aviones de carga en tierra y dos de clase Foca. Pero 20 minutos después de que las llamas asomaran por entre el monte seco "las autobombas estaban ya sin personal: habían finalizado el contrato", relata otro brigadista. "Enviaron personal del distrito de Ourense", puntualiza la misma fuente.

El conselleiro, Samuel Juárez, explicó el miércoles que "no se puede llegar al 30 de septiembre y cancelar de golpe todos los contratos". "Se contrata de forma gradual, por lo que se produce un replegamiento también gradual" de los trabajadores, detalló. Sus declaraciones se produjeron al tiempo que su gabinete informaba, a través de la página web, de que el IRD (índice diario de riesgo de incendio) era ayer elevado en una buena parte de Galicia y extremo en la provincia de Ourense. El máximo responsable de la política forestal de Galicia sostiene que las cancelaciones de contratos "no afectan a la seguridad de los montes". "Los servicios están muy bien dotados y se refuerzan en periodo de alto riesgo", precisaba Juárez esta semana, mientras varias cuadrillas de brigadistas entregaban los pertrechos de trabajo.

Xosé Santos, representante de los grupos ecologistas en el Consello Forestal de Galicia, denunciará en este órgano el "desmantelamiento del servicio público de prevención y extinción de incendios forestales". Los ecologistas sospechan del intento "privatizador" de este servicio considerando que el ahorro de la rescisión de los contratos antes del 30 de septiembre, que en su opinión no superará la cantidad de 1,5 millones de euros, "resulta ridículo" si se tienen en cuenta los "costes de extinción y pérdidas económicas, ecológicas y sociales que se producirán si no cambia el tiempo".

Los brigadistas consideran "abusiva" la utilización de medios aéreos en esta campaña. Fuentes de este servicio de lucha contra incendios aseguraron a este diario que el martes pasado, "se destinaron seis helicópteros para aplacar un fuego en Navea, en Pobra de Trives, en el que ardieron 3.000 metros cuadrados de monte raso" mientras se rescindían los contratos del personal.

Helicópteros y aviones sobrevuelan estos días en cantidades numerosas los montes gallegos, fundamentalmente ourensanos. Ayer, un amplio despliegue de aviones, helicópteros y Foca se extendió por los fuegos que se registraron en Gudín, San Amaro, Laza -hasta este fuego se desplazaron tres helicópteros y el Kamov de la base de Asturias con capacidad para 4.500 litros-, Vilariño de Conso, Entrimo, Parque Natural do Invernadeiro, Vilamarín y Viana do Bolo, en la provincia de Ourense, y Cervantes en Lugo. El despliegue de medios materiales crece al ritmo de los despidos.

Incumplimiento del plan de incendios

La Xunta de Galicia incumple su propia normativa relativa a incendios forestales recogida en el Pladiga (Plan de prevención y defensa de incendios forestales de Galicia) que se actualiza cada año. En la memoria de 2011 consta como época de peligro alto aquella en la que "el despliegue de medios de extinción y alerta deberán ser los máximos en función de la evaluación del riesgo y la vulnerabilidad". Y precisa: "La previsión actual del Pladiga comprende con carácter general los meses de julio, agosto y septiembre más un periodo adicional de aproximadamente un mes en función de las condiciones meteorológicas y de riesgo".

Pese a ello, las rescisiones de contratos de los brigadistas comenzaron en las primeras semanas de septiembre. Ante las críticas de los trabajadores, el conselleiro, Samuel Juárez, replicó que los brigadistas temporales de Seaga suponen "un refuerzo" para complementar los otros medios de los que dispone la Xunta, con lo que la rescisión de los contratos no implica el desmantelamiento del servicio de lucha contraincendios. Además, Juárez destacó que las altas o bajas del personal eventual deben programarse con arreglo a las necesidades que tenga el servicio "como se ha hecho hasta ahora". De sus palabras se desprende que los trabajadores contratados no son necesarios en este mes.

Fuentes de Medio Rural negaron a este diario que los brigadistas dejen los fuegos a medias cuando su contrato llega a su término. "No se les anuncia el despido sobre la marcha", sostienen. Así lo aseguran los afectados, que explican que reciben un preaviso con antelación y al llegar la hora, entregan el equipo y abandonan el fuego, a veces sin relevo posible.

Los sindicatos consideran "imprudente y temeraria" la rescisión de contratos que ha emprendido Medio Rural y que vulnera la norma de la propia consellería. Insisten en destacar que septiembre es un mes catalogado de peligro alto y advierten de que no solo se prescinde antes de los trabajadores, sino que cada vez se los contrata más tarde. Los brigadistas sostienen que si se mantiene el ritmo de supresión de los contratos, en unos pocos días, antes de que finalice septiembre, "no quedará ni un solo empleado de Seaga" trabajando en la extinción de los incendios.

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